Este baño fue pensado para esos momentos en los que necesitas parar, respirar hondo y reconectar contigo. Nada está puesto al azar: cada textura, cada tono, cada luz está ahí para hacerte sentir en casa.
La calidez de la madera, combinada con la fuerza sutil del mármol en el lavabo, crea una atmósfera serena y envolvente. El grifo negro mate y los detalles minimalistas aportan carácter sin estridencias. Todo fluye con naturalidad.
La ducha, con su pared de piedra texturizada y luces indirectas, invita a regalarte un rato solo para ti. Es ese tipo de espacio que no solo usas: lo vives.
Y al fondo, una estantería con alma, iluminada con cariño, muestra pequeños objetos que cuentan historias, que suman calidez y personalidad.
Este baño no busca impresionar, busca acompañar. Es sencillo, elegante y sobre todo, humano. Como debería ser cada rincón de nuestro hogar.