La calma habita en cada rincón de este dormitorio, donde la madera, la luz y los tejidos se funden en equilibrio.
La calidez del roble claro dialoga con el blanco puro del mobiliario y los tonos suaves del textil, creando una atmósfera serena y acogedora.
La iluminación, cuidadosamente pensada, acompaña el descanso: luz indirecta que invita al sosiego y focos orientables que ofrecen la funcionalidad perfecta para la lectura nocturna.
Los cojines en tonos verdes y grises aportan frescura y naturalidad, mientras el papel pintado con motivos orgánicos envuelve el espacio en un aire sofisticado y relajante.
Un espacio pensado para desconectar, reconectar y simplemente estar.
Un dormitorio que invita a detener el tiempo y respirar la calma de lo esencial.