En este baño, la luz y la calidez se encuentran en perfecto equilibrio. El espacio respira serenidad gracias a una paleta de tonos neutros que combina el gris piedra de las paredes con la textura cálida de la madera natural.
Un espejo redondo retroiluminado preside la zona del lavabo, convirtiéndose en protagonista discreto y elegante, mientras que las luces empotradas en el techo y la iluminación LED de la repisa aportan una luz suave, acogedora, sin estridencias.
El mueble de baño, con encimera de madera maciza y almacenaje abierto y cerrado, ofrece funcionalidad y orden con una estética limpia y cálida. El lavamanos sobre encimera, de líneas suaves, se acompaña de un grifo empotrado en acabado negro mate, aportando contraste y modernidad.
Un discreto radiador toallero vertical, en blanco, se integra a la perfección con el entorno, junto a un inodoro compacto con cisterna oculta. La pequeña repisa empotrada, iluminada y decorada con esencias y figuras minimalistas, refuerza la sensación de confort e intimidad.
Este baño es mucho más que un espacio funcional: es un refugio cotidiano, donde cada detalle ha sido pensado para convertir el ritual diario en una experiencia sensorial.
